viernes, 17 de abril de 2009

"Luis Buñuel" biografia





LUIS BUÑUEL

Luis Buñuel Portolés, ( pueblo de Aragón,1900 -México, 1983) , sus padres fueron Leonardo Buñuel González y María Portolés Cerezuela y él fue primogénito de siete hermanos.
Su infancia transcurre en Zaragoza. Es expulsado de los jesuitas y se matricula en el Instituto de Zaragoza. En 1917, marcha a Madrid para estudiar la carrera de ingeniero agrónomo, pero no logra entrar en la Facultad. En 1920 se matricula en los cursos del entomólogo Dr. Bolivar, para hacerlo después en la Facultad de Filosofía y Letras donde se licencia en 1924. Lo más decisivo de esta época es su estancia en la Residencia de Estudiantes, donde establece amistad con Federico Garcìa Lorca, Pepín Bello, Salvador Dalí, José María Hinojosa. Allí conoce las tendencias más importante del arte y pensamiento de aquel tiempo. Posteriormente marcha a Paris, donde en mayo de 1926 pone en escena El Retablo de Maese Pedro, de Manuel de Falla. Se matricula en la Academia de Cine de Jean Epstein, estudiando interpretación, pero sus primeros trabajos son como ayudante de dirección en Mauorat (1926) de Jean Epstein; en La Sirène des Tropiques (1926) de Henri Etièvant y Mario Napals, y en La Chute de la Maison Usher (1927), de Jean Epstein.
En 1928 data su primer proyecto cinematográfico personal, El Mundo por Diez Céntimos (guión de Ramón Gómez de la Serna). En el mismo año, Buñuel se adhiere al grupo surrealista de París, atraído por su intransigencia moral y artística y por su nueva política social, con las que se siente plenamente identificado. Él aporta al grupo la cinematografía, decidiendo llevar la estética del surrealismo a la pantalla: Un chien andalou (Un perro andaluz, 1928) es efectivamente, la primera película surrealista. La realizó en colaboración con Salvador Dali, y el film obtuvo un inesperado éxito de público, suscitando infinidad de comentarios y no pocas imitaciones. La imagen de una afilada hoja de navaja barbera cercenando el ojo de una mujer se convertirá en inequívoco marbete de la iconografía buñuelesca . como decía Buñuel, "era provocar en el espectador reacciones instintivas de repulsión y atracción. Nada en la película simboliza ninguna cosa". Un Perro Andaluz, es una sucesión de imágenes sin un significado real, objetivo, sino emocional y subjetivo. Dos años después, en 1930, y con la participación meramente nominal de Dali, realiza L´Âge d´Or (La Edad de Oro) cuyo estreno provoca un gran escándalo. Los surrealistas lanzan un manifiesto en su defensa, mientras que la extrema derecha le ataca desde las páginas de Action Française, y sus acólitos casi destruyen la sala de exhibición. Las proyecciones siguen, sin embargo, hasta que las prohíbe el jefe de Policía de París. En el mismo año de 1930 marcha a Hollywood contratado por la Metro Goldwyn Mayer como "observador". Conoce a Einsenstein y a Charles Chaplin. Rescinde prematuramente su contrato y vuelve a Francia, regresando a España con ocasión de la proclamación de la Republica, para volver de nuevo a París. En 1932 se separa del grupo surrealista y trabaja para la Paramount, en la adaptación de películas al español. Luego, en Madrid, sería supervisor de doblaje de la Warner Bross. En 1932 realiza su tercera película, Tierra sin pan (Las Hurdes), sobre dicha comarca española. La película fue prohibida por el gobierno de la República. Funda la productora Filmófono con Ricardo Urgoiti y estrenan Don Quintin el amargao (1935) de Luis Marquina, de La Hija de Juan Simón (1935) de José Luis Saenz de Heredia, de ¿Quién me quiere a mí? (1936),también de Saenz de Heredia, y de ¡Centinela alerta! (1936) de Jean Grémillon. En 1936 estalla la guerra civil y Luis Buñuel, movilizado, sigue trabajando en el cine, reuniendo y conservando material documental. Enviado a París, donde era embajador de la República Luis Araquistain, supervisa el montaje y escribe con Pierre Unik el comentario de España leal en armas, de J.P. Le Chanois. En 1938 vuelve a Hollywood, pero al suspenderse el proyecto de dos películas prorepublicanas sobre la guerra civil que debía supervisar, se encuentra sin trabajo. Iris Barry le llama al Museo de Arte Moderno de Nueva York, donde desarrolla una intensa labor, la única muestra de la cual el realizador español ha querido reconocer como obra personal es Triumph of Will (1939), montaje alternado de las peliculas El triunfo de la Voluntad (1938) de Leni Riefenstal, exaltación del nazismo, y de Bautismo de fuego (1939) de Hans Bertram, sobre la invasión de Polonia. En 1942 se ve obligado a dimitir de su puesto, al hacerse público a través de un libro de Salvador Dali que Buñuel era el autor de L´Âge d´Or. Posteriormente hace documentales para el Ejército norteamericano y doblajes en Hollywood para la Warner Bross durante los años 1944-46, mientras proyecta, sin llegar a realizar, diversas películas. En 1946 marcha a México, donde rueda Gran Casino (Tampico), producida por Oscar Dancigers. Buñuel adquiere la nacionalidad mejicana, y se instala en méxico con su esposa, Jeanne Rucar, y sus dos hijos, Juan Luis y Rafael.
Los comienzos de la "época mejicana" de Luis Buñuel no son brillantes, aunque una serie de trabajos, cuya dignidad moral reivindicaría siempre el realizador, le permiten afrontar el porvenir tras los últimos años, angustiosos, en Norteamerica.
En 1950, Los olvidados causa sensación en el Festival de Cannes, donde la película obtiene el Premio a la mejor dirección. La crítica reencuentra en el film al gran autor de la "época surrealista", y Los olvidados conoce un resonante éxito internacional, que no llega, empero, a liberar enteramente a Buñuel de la servidumbre del cine comercial, pero, junto a productos de muy modesta estatura artística, van surgiendo en su filmografía una serie de obras del máximo interés, como su adaptación del Robinson Crusoe de Daniel de Foe (1953), Él (1954), Abismos de pasión (1954) -una versión cinematográfica de la gran novela de Emily Brontë Cumbres Borrascosas-Ensayo de un Crimen (La vida criminal de Archibaldo de la Cruz) (1955), al mismo tiempo que realiza diversas coproducciones con cinematografías europeas.
En los mejores títulos de la época mejicana, Luis Buñuel vuelve a ser el formidable rebelde
de la época surrealista, más atemperado en la forma, y con un fuerte ingrediente de crítica social, como si el punto de partida fuera una sintesis de los planteamientos de sus tres primeras películas. Lo que podría llamarse en cierto modo el "proceso de recuperación" culmina primeramente en Nazarín (1958), film que obtiene, entre otros, el Gran Premio Internacional del Festival de Cannes de 1959, y que señala el comienzo de una serie ininterrumpida de obras maestras cuyos títulos más sobresalientes serán Viridiana (1961), El ángel exterminador (1962) y Simón del Desierto (1965). Una mención especial merece el caso de Viridiana: Luis Buñuel había regresado anteriormente a España tras su largo exilio, pero siempre de forma privada, y sin proyectar ningún trabajo cinematográfico; pero Viridiana, coproducción hispanomejicana, se rodó enteramente en España y representó oficialmente a nuestro país en el Festival de Cannes de 1961, donde obtuvo la Gran Palma de Oro. Inmediatamente, el film se convierte en el tema de una resonante polémica internacional: L´Osservatore Romano lo ataca por sacrílego y blasfemo, la censura española lo prohíbe (su proyección en España no sería autorizada hasta 1977) pero la película alcanza un clamoroso éxito mundial. Como consecuencia del escándalo, Luis Buñuel no volvería a rodar en España hasta 1970, fecha de la realización de Tristana. En 1962 y con Le journal d'une femme de chambre (Diario de una camarera) inicia Buñuel su colaboración con Serge Silberman, que produciría la mayor parte de sus ulteriores películas. Se inicia también la "época europea" (o más bien francesa) de su obra, que desarrolla una amplia meditación sobre la vida contemporánea, y una crítica de los falsos valores que la sustentan, y cuyo momento cumbre puede que sea Le Charme discret de la bourgeoisie (1972), donde vuelven a aparecer expresamente, reelaborados, nuevamente meditados, los grandes temas de la época surrealista.

Al igual que Viridiana, Tristana (1970) -que es adaptación de una novela de B.Perez Galdós (como Nazarín)- merece clasificarse en un grupo aparte, el de sus "peliculas españolas", ya que con Tierra sin Pan (Las Hurdes) son las únicas de toda sus filmografía rodadas en nuestro país y expresan el pensamiento de Buñuel sobre nuestra realidad histórica, social, moral, religiosa y cultural. España reconoce finalmente de un modo oficial su contribución a la cultura española en el Festival de San Sebastián de 1977, donde se presenta su última película, Cet obscur Objet du désir (Ese oscuro objeto del deseo), y se concede al realizador un premio especial por su magisterio cinematográfico. La clasificación en diversos apartados de la obra de Buñuel no tiene más que un valor puramente didáctico, pues en su conjunto presenta la más rigurosa unidad, desarrollándose orgánicamente a partir de la época surrealista. Luis Buñuel, en efecto, permanece fiel a lo largo de toda su vida a los presupuestos esenciales del surrealismo, cuya finalidad no es la obra de arte, sino la instauración de una nueva actitud para cambiar al hombre y al mundo, destruyendo la civilización burguesa cuyos pilares, religión, familia, poder establecido en todas sus manifestaciones, convenciones sociales y fuerzas represivas, son objeto de una guerra sin cuartel en nombre y en defensa de una auténtica moral de la libertad y del hombre mismo, en tanto que individuo y como ser social. Muchos años después de su adhesión al surrealismo y de haberse separado del Grupo Surrealista de París, el realizador declararía a Carlos Fuentes que el pensamiento que le seguía guiando a los setenta y cinco años era el mismo que le guiara a los veintisiete: es una idea de Engels según la cual el artista describe las relaciones sociales auténticas con el objeto de destruir las ideas convencionales de esas relaciones, poner en crisis el optimismo del mundo burgués y obligar al público a dudar de la perennidad del orden establecido. Según el propio Buñuel, el sentido último de sus películas es decir una y otra vez, por si alguien lo olvida o cree lo contrario, que no vivimos en el mejor de los mundos.


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